Juguemos con "Bimbi y las Emociones"
Las emociones son el componente más humano de las personas, es lo que nos hace diferentes a los animales. Una buena educación emocional incluye enseñar a los niños y niñas desde pequeños que no hay emociones “buenas” ni “malas”, o “dañinas” y “peligrosas”, ya que todas y cada una de las emociones son necesarias.
Son innatas y naturales de los seres humanos y las necesitamos porque todas cumplen su función, incluso las emociones que llamamos «negativas». Es muy positivo enseñar a los niños y niñas educación emocional desde los primeros años de vida, ya que es cuando poseen más plasticidad cerebral por lo que las experiencias y aprendizajes que se den en esta etapa son muy importantes para el enriquecimiento y adecuado desarrollo de la cognición y la afectividad.
Son innatas y naturales de los seres humanos y las necesitamos porque todas cumplen su función, incluso las emociones que llamamos «negativas». Es muy positivo enseñar a los niños y niñas educación emocional desde los primeros años de vida, ya que es cuando poseen más plasticidad cerebral por lo que las experiencias y aprendizajes que se den en esta etapa son muy importantes para el enriquecimiento y adecuado desarrollo de la cognición y la afectividad.
Tener una biblioteca de recursos educativos relacionados con los sentimientos es fundamental hoy en día, y por eso hoy os traigo un recurso educativo muy interesante, que seguro que os va a encantar. Se trata de un juego que he diseñado y al que he llamado Bimbi y el Molinillo de las Emociones. Bimbi es una rebanada de pan que se ha hecho un lío con las emociones. A veces, cuando se da cuenta de que nadie quiere untarle mantequilla, o cuando creía que iban a untarle mermelada de fresa, y le untan mermelada de melocotón no sabe cómo sentirse.
Existen muchas emociones, y ante diversas situaciones cada persona puede reaccionar con una distinta. No obstante, las emociones representadas en este juego son las siguientes:
Existen muchas emociones, y ante diversas situaciones cada persona puede reaccionar con una distinta. No obstante, las emociones representadas en este juego son las siguientes:
El juego está pensado para niños y niñas a partir de los 4 años en adelante. El número mínimo de participantes es 2, y es muy recomendable que al menos uno de los jugadores sea un adulto, para que los peques tengan una referencia.
"El juego de Bimbi y el Molinillo de las Emociones, consiste en representar la emoción de la carta que nos haya tocado de modo que los demás jugadores tengan que adivinarla"
¿Qué necesitamos para jugar a Bimbi y el Molinillo de las Emociones?
– Imprimir las ocho cartas de emociones y la carta especial de Bimbi y el Molinillo de las Emociones.
– Es recomendable plastificar las cartas una vez impresas, ya que así serán más resistentes y durarán mucho más.
– Es recomendable plastificar las cartas una vez impresas, ya que así serán más resistentes y durarán mucho más.
¿Cómo jugar a Bimbi y el Molinillo de las Emociones?
– Se reparten las cartas, indicándoles a los niños que sus compañeros no pueden saber la carta que les ha tocado.
– La carta especial de Bimbi y el Molinillo de las Emociones siempre debe tocarle a alguno de los participantes, que será quien debe adivinar las emociones que representen los demás jugadores.
– Si hay más jugadores que tarjetas, se puede jugar por grupos o parejas.
– El jugador que tenga la carta de Bimbi y el Molinillo de las Emociones debe indicarlo a los demás jugadores y enseñar su carta.
– Por turnos, todos los jugadores deberán mirar su carta con cuidado y reconocer la emoción que les ha tocado, además de pensar cómo la van a representar ante los demás. Podrán hacer mímica, emitir sonidos, incluso hablar, pero no pueden decir a los demás qué emoción están representando, si no el juego pierde su gracia.
– Los participantes, por turnos, representan su emoción (indicada en la carta que les ha tocado).
– El jugador que tiene la carta de Bimbi y el Molinillo de las Emociones, tendrá que adivinar la emoción que cree que está representando su compañero.
– Cuando todos los compañeros representen su emoción ponemos de nuevo las cartas mirando hacia abajo, y volvemos a repartir las cartas, o bien, cada participante cogerá una del montón.
– La carta especial de Bimbi y el Molinillo de las Emociones siempre debe tocarle a alguno de los participantes, que será quien debe adivinar las emociones que representen los demás jugadores.
– Si hay más jugadores que tarjetas, se puede jugar por grupos o parejas.
– El jugador que tenga la carta de Bimbi y el Molinillo de las Emociones debe indicarlo a los demás jugadores y enseñar su carta.
– Por turnos, todos los jugadores deberán mirar su carta con cuidado y reconocer la emoción que les ha tocado, además de pensar cómo la van a representar ante los demás. Podrán hacer mímica, emitir sonidos, incluso hablar, pero no pueden decir a los demás qué emoción están representando, si no el juego pierde su gracia.
– Los participantes, por turnos, representan su emoción (indicada en la carta que les ha tocado).
– El jugador que tiene la carta de Bimbi y el Molinillo de las Emociones, tendrá que adivinar la emoción que cree que está representando su compañero.
– Cuando todos los compañeros representen su emoción ponemos de nuevo las cartas mirando hacia abajo, y volvemos a repartir las cartas, o bien, cada participante cogerá una del montón.
Otra alternativa algo más complicada es inventar una historia o cuento acerca de Bimbi en la que se vean implicadas las emociones que aparecen en las cartas. El niño o niña que va a inventar la historia va cogiendo las cartas una a una y va inventando la historia. O bien, la vamos inventando entre todos, cogiendo una carta cada uno. El adulto que guía el juego tendrá que comprobar si utiliza correctamente las emociones.
Por ejemplo:
«Bimbi, a veces, se siente solo, entonces se pone muy TRISTE.
Un día se ENAMORÓ y su vida cambió. A partir de entonces siempre estaba sonriendo porque estaba ALEGRE…»
Como podéis ver, es un juego sencillo y muy divertido, que va a hacer que hablemos de nuestras emociones. Además es un juego para disfrutar en familia, con amigos, en el cole, etc. Es ideal para aprender a expresarnos y a gestionar nuestras emociones de manera correcta.
Nosotros ya lo hemos probado en casa y nos ha gustado mucho. Nos hemos reído inventando historias sobre esta divertida rebanada de pan, y lo mejor de todo es que hemos aprendido un poco más acerca de nuestras emociones.
Espero que os guste. Nos vemos en la próxima entrada del blog.
"Bimbi y el Molinillo de las Emociones" ©
Autora del juego y diseño: Raquel Piñero
Todos los derechos reservados
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